Como fisioterapeutas recibimos muchos pacientes aquejados de artrosis; una enfermedad que lesiona el cartílago articular, que no es otra cosa que esa “almohadilla” que existe en los extremos de los huesos y que hace que un hueso no roce con otro al unirse entre sí.
Cuando esa “almohadilla” va dañándose se produce sensación de dolor en la zona, se puede escuchar algún crujido e incluso vemos limitados nuestros movimientos, no pudiendo agacharnos o ponernos de rodillas como hacíamos antes.
Muchas veces la edad es la que hace que aparezca esta enfermedad pero nosotros tenemos la oportunidad de tener unos hábitos que retrasen su aparición o que hagan que aparezca lo más tarde posible.
- Sobrepeso:Tener sobrepeso hace que irremediablemente se sobrecarguen las articulaciones de apoyo y soporte, como las rodillas, la columna lumbar o las caderas. Para que nos hagamos una idea las rodillas notaran que por cada kilo que se adelgaza, la presión disminuirá en 4 kilos.
- Movimientos repetitivos:Algunas actividades hacen que determinadas articulaciones reciban microtraumatismos de repetición, que hacen que el cartílago se desgaste de forma prematura. Adoptar medidas de higiene postural en el trabajo ayuda a reducir su impacto.
- Deportes de impacto:No se trata de no hacer deporte, sino de escoger el tipo de ejercicio más adecuado a las condiciones físicas de cada uno, adaptarlo a estas y practicarlo de forma correcta. Los deportes de impacto, como correr o saltar por ejemplo, no son los más indicados para las personas que empiezan a tener problemas en las articulaciones.
- Antecedentes familiares;Una parte de nuestros problemas de salud articular puede estar ligada a la genética, tanto en lo que se refiere a la aparición como a la evolución de los mismos. Aunque esta predisposición genética no se puede evitar, conviene intensificar los controles médicos si se tienen antecedentes familiares de artrosis para tomar medidas lo antes posible. En estos casos es todavía más importante cuidar los hábitos de vida.
¿Qué puede hacer la fisioterapia por nosotros?
Lo primero de todo será intentar aliviar el dolor en la articulación, después que esos movimientos que no podíamos hacer por la artrosis podamos poco a poco irlos realizando y por último intentar que la artrosis avance lo más lentamente posible manteniendo la mayor calidad de vida que podamos.
Según Pablo Ysern, fisioterapeuta en un centro de Vallecas, el tratamiento se basará en un programa de ejercicios orientados al desarrollo de la fuerza muscular y la mejora de la amplitud articular; es clave no dejar de lado esos ejercicios ya que la inactividad sienta muy mal a la articulación afectada de artrosis, necesitamos ganar fuerza en la musculatura de la zona afectada para proteger la articulación y hacer que la fricción o “roce” de la misma sea menor. Una musculatura fuerte ayudara en gran medida a mejorar los síntomas.
Por otra parte, hay que tener muy en cuenta el sobrepeso en esta enfermedad, es crucial estar en un peso correcto por no decir fundamental, ya que cada kilo extra que tenga que soportar la articulación afectada es una agresión más a ese cartílago dañado. Muy importante alcanzar el peso adecuado.
En caso de realizar actividades deportivas recomendamos la natación, la bicicleta o caminar; en función de las particularidades de cada caso, los deportes de más impacto como correr o baloncesto (saltos) estarían contraindicados.
Junto a estas pautas haremos uso de la terapia manual para relajar la musculatura de la zona ya que en la mayoría de los casos estará rígida y con sensación de dolor, mejoraremos tanto su movilidad como aliviaremos su dolor.
Por último, la termoterapia también ha demostrado su efecto beneficioso para esta enfermedad y orientaremos al paciente a saber usarla.